Mi nombre es Yury José Mazariegos Vargas tengo 23 años y soy estudiante de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Realicé mi intercambio profesional en el departamento de Infectología del Hospital José Carrasco Arteaga, en la ciudad de Cuenca, Ecuador. Tuve la oportunidad de vivir una de las mejores experiencias de toda mi vida, desenvolviéndome en un alto nivel en el hospital y conociendo personas maravillosas como mi host Belén Jara y su familia, que es ahora un poco mi familia también; y Genesis Villareal mi LEO. La calidez de las personas, la calidad de medicina y la impresionante ciudad atravesada por 4 ríos hacen de esta experiencia inigualable y mi recomendación de vida para cualquiera que desee estudiar y viajar.
Llegar a Ecuador fue una odisea, la aerolinea retrasó mi maleta, por lo que llegué a Cuenca solo con mi maleta de mano, incomunicado al no tener redes y no saber cómo llamar, me aventuré por la ciudad para llegar a la casa de mi host, ya que habían cambiado mis horarios de vuelo y me era imposible comunicarme con ella.
Desde el momento en que llegué me hicieron sentir parte de su familia, la calidez y calidad de familia fue lo más acogedor y cálido de la fría y lluviosa ciudad de Cuenca, me proporcionaron un dormitorio propio, me prestaron ropa y me ayudaron a comprar algo en lo que llegaba mi maleta, mi agradecimiento con ellos no es medible, ya que pase a ser parte de su familia.
El hospital del seguro social se encontraba a 10 minutos en carro, o 45 minutos caminando (lo cual era maravilloso porque se puede ir a la orilla del río, con unos paisajes espectaculares y mil lugares por visitar), en donde fui recibido por el jefe del departamento de Infectología, integrándome a su equipo de estudiantes como un interno, dándome tareas cómo evolucionar pacientes, evaluar casos, preparar una clase para los residentes, internos y externos; y lecturas diarias de temas relacionados a los pacientes.
Durante la semana, la rutina fue pasar visita en el servicio de encamamiento, los pacientes eran presentados por la interna y mi persona, complementados por los residentes para la discusión de los casos, así como el “machuque” de las patologías de los mismos junto a los externos.
Teníamos asignados 16 pacientes al día, los cuales consultaban por distintos motivos para seguimiento por ser VIH+, linfadenopatías, úlceras cutáneas, infecciones recurrentes, crónicas o que no mejoraban con los tratamientos dejados en enfermedad común, pacientes con pruebas rápidas de VIH positivas en el exterior sin antecedente previo de enfermedad, sospecha de tuberculosis, entre otros. En total durante las 4 semanas que estuve en la consulta externa pude evaluar a más de 300 pacientes, aprendiendo y aplicando esquemas de tratamiento de VIH, evaluando cargas virales y recuento de CD4.
De lunes a viernes por la tarde era tiempo para lectura de temas vistos en el día, se me facilito el uso de las computadoras del hospital con un usuario para poder ver los casos de pacientes, así como el uso de UpToDate y diversas páginas con las que cuenta el hospital del Seguro Social de Ecuador.
La ciudad extremadamente segura para andar a cualquier hora, con una opción de comida variada, restaurantes exquisitos y a precios accesibles. Mi familia me brindó todos los tiempos de comida, compartidos con ellos de manera excelente y el padre de la familia, me invitó cada fin de semana a probar cosas nuevas y acompañarlos en viajes.
Tuve la oportunidad de visitar el puerto de Jambelí en la región de la Costa, conocer la Selva de la Amazonia Ecuatoriana y la región de la meseta central, estar a más de 4000 metros sobre el nivel del mar en el parque Nacional el Cajas, Ecuador es simplemente grandioso para viajar y conocer. Desde comidas exóticas como Cuy hasta chancho y cascarita todo un viaje culinario para repetir.
“La mejor manera de abrir la mente es abriendo el horizonte, y en la medicina, que es más arte que ciencia, conocer el mundo es conocer la medicina”.
